Muchas sustancias como el tabaco o algunos alimentos y bebidas manchan los dientes. El café y el té calientes son especialmente peligrosos para su sonrisa porque cambian la temperatura de los dientes. Este cambio de temperatura, ciclos de calor y frío, hace que los dientes se expandan y contraigan, lo que permite que las manchas penetren en los dientes. Reducir el consumo de café y té puede contribuir en gran medida a crear una gran sonrisa.

Generalmente, las encías que sangran son un síntoma de la aparición de la enfermedad periodontal o gingivitis. Algunas personas dejan de cepillarse por el dolor que sienten o por el continuo sangrado de las encías, sin embargo, cuando las encías están inflamadas, el cepillado podría ayudar a reducir la inflamación. Es importante saber que el dolor y la incomodidad dental crónicos son signos evidentes de un problema. Es necesario ver a tu dentista lo antes posible si tus encías empiezan a sangrar.

Cepillarse los dientes elimina algunas de las bacterias de la boca pero para eliminar otras a las que el cepillo no puede llegar es necesario el uso del hilo dental. Si no usas hilo dental, permites que la placa permanezca entre tus dientes. Esta placa se endurece y se convierte en sarro.  Pídele a tu dentista que te muestre la forma correcta de usar el hilo dental. Ambos notaréis la diferencia en la próxima cita de limpieza.

La saliva es el enjuague natural de la boca. Cuando duermes la producción de saliva disminuye, y las bacterias que se encuentran en los dientes y en las papilas gustativas de la lengua descomponen las partículas de alimentos, que producen compuestos de azufre. El mal olor bucal crónico a largo plazo puede ser signo de una enfermedad más grave. Consulta a tu dentista si esto te preocupa.